Lentamente veo pasar el viento silencioso, siento como roza cada poro, como acaricia mis pensamientoas. La soledad me acompaño de nuevo en esta noche helada. El sereno, el frío, lo amargo, algo tan inusual, tan lleno de nada. Tan pobre, teniendolo todo.
Me condena esta maldita sensación de extrañarte. Necesito por instantes poder escuchar tu voz, saber como ha estado tu día.
Tu voz se apagó... como fuego a medio amanecer, solo tus palabras forman recuerdos vivos, esa esperanza que por instantes siento tan distante.
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