
Viví rodeado de lagunas mentales, faltando el respeto de lo irreverente y encanchinado con las porquerías que veian mis ojos y sentían mis oídos. Callé de repente, mientras el mundo me gritaba a lo mudo. Viví entre escoria, entre desechos de alma fría que recorren el camino de la nada.
Viví entre noches interminables y ríos de lágrimas. Entre pasado, presente y un futuro incierto. Entre la esclavitud de las palabras, entre la melancolía de tus besos, entre todo el placer fortuito que dejaban tus lacerados placeres.
Viví, morí y de nuevo creo que no aprenderé la lección...
No hay comentarios:
Publicar un comentario