Desde hace poco he sentido de nuevo la tranquilidad de un alma malherida. He conocido la soledad y el deseo abrupto de no estar con nadie. La necesidad es la madre de la invención... reza el dicho, pero en serio que se presta para algunas cosas.
He inventado mundos donde me encuentro solo. Donde los parajes no son de luz ni de oscuridad, donde tengo, quiero y hago lo que a mi me gusta. Donde el existencialismo no cuenta como un poder absoluto.
Inventé religiones, acose a los dioses del pasado y descubri demonios del presente. Susurre al viento lentamente y no pude recordar ya tus caricias ni tus gemidos.
Cambie la noche por unas monedas y callé al sol mientras las estrellas me decían ¡hola!. Me encontré solo, no lo dudo, pero esta soledad me embargo en ternura. En esa calidez que ya no recordaba y en esos instantes que nunca pasaron.
He inventado mundos donde me encuentro solo. Donde los parajes no son de luz ni de oscuridad, donde tengo, quiero y hago lo que a mi me gusta. Donde el existencialismo no cuenta como un poder absoluto.
Inventé religiones, acose a los dioses del pasado y descubri demonios del presente. Susurre al viento lentamente y no pude recordar ya tus caricias ni tus gemidos.
Cambie la noche por unas monedas y callé al sol mientras las estrellas me decían ¡hola!. Me encontré solo, no lo dudo, pero esta soledad me embargo en ternura. En esa calidez que ya no recordaba y en esos instantes que nunca pasaron.
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