sábado, 14 de noviembre de 2009

Nuevo Día


La mañana refrescante me levanta, el susurro frío del sereno acaricia mi piel. Todo esta inmóvil, solo se escucha a lo lejos el cantar de las aves, el sonido silencioso de aquel arroyo en el que alguna vez fuimos a jugar. Me acompaña el recuerdo hermoso de aquella puesta de sol, de aquel amanecer brillante que me dio los buenos días.

La taza de café matutino que animaba mi mañana...
Aquel buenos días que venían de tus labios.
Un nuevo día, un nuevo amanecer, un nuevo comienzo que está de nuevo acá frente a mi, cerca de mis manos para poder acariciarlo a la distancia.

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