lunes, 16 de noviembre de 2009

Susurros

El viento entre los cañaverales se dijo que no te extrañara tanto. Que solo fuiste una falsa ilusión, un amargo adiós que no me trajo nada nuevo.
La luz de la mañana limpio mis lágrimas mientras el vaivén de los árboles me vio fijamente.

La mariposa se posó sobre mis manos... manos que una vez acariciaron tu rostro y sintieron el latir de un solo corazón desesperado. Caminé hasta llegar a un río, me quedé esperando respuesta, pero fue inútil, tan inútil como tratar de conquistarte, como tratar de ganarme un pedacito de tu corazón.

Me dijo la lluvia que ya no llorará, que ya no recordara tus besos, que eso me haría mal. Mi cama se cerro diciendome que te extrañaba, que solo aquel domingo tuve la oportunidad de ir al cielo y de ahí mi vida se había convertido en infierno.

1 comentario:

paola guillen dijo...

sentimientos q me atan y me hacen sufrir... asi son.. pero todo cambia, y todo pasa con el tic tac del reloj.

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