La vi. Fue esa mañana. Tenias tus ojitos entre abiertos y jugueteabas entre las sábanas.
Poco a poco se fue el sueño. Poco a poco se fue esfumando la pereza de una noche larga y vinieron los juegos, la luz.
Vi tu sonrisa.
Brillaba como ninguna.
Me sentí feliz. Quería brincar de alegría.
Tus pequeñas manos me dieron la caricia matutina.
Esos fueron mis buenos días.
Ahora ya pasaron algunos días... y como cada mañana te puedo ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario